Cusco es sinónimo de fiesta y tradición. Actualmente, la ciudad celebra un gran número de fechas conmemorativas que son parte de su calendario anual de festividades. Algunas son de carácter religioso, mientras que en otras se vive un mayor clima de diversión. Y es que este lugar no solo reúne historia, arqueología y sitios increíbles, sino también está lleno de tradiciones y costumbres propias de su identidad.

 

Entre las celebraciones más populares están los carnavales del Cusco y de San Pablo, las festividades del Corpus Christi y el Puente Q’eswachaka, así como también la peregrinación del Señor de Qoyllur Rit’i. Si bien cada una cuenta con características y cultos propios, todas presentan un rol importante dentro del legado cultural que abraza esta región. Acompáñanos a conocer más de sus encantos y atractivos.

 

Carnaval del Cusco

 

Es la fiesta más esperada y popular de la Ciudad Imperial. Cada año, cientos de miles de cusqueños se alistan con varias semanas de antelación para dar inicio al variado programa de actividades que se realizan en febrero y marzo. Celebrada desde tiempos coloniales, es una de las mayores representaciones de la cultura andina y de las más reconocidas en todo el Perú, llegando a congregar en su tradicional pasacalle a más de 20 mil personas entre pobladores, turistas nacionales y extranjeros.

 

Durante los días de fiesta, las principales calles del centro histórico reciben numerosas comparsas que con orquestas y bailarinas ponen a danzar a todos los asistentes. Mientras esto ocurre, miles de personas festejan en la Plaza de Armas con espuma, globos de harina y mucha pintura al ritmo de música folclórica interpretada por bandas ubicadas en un escenario.

 

Uno de los momentos más esperados del carnaval es la tradicional actividad de la yunza o árbol de regalos. Se trata de una entretenida jornada donde los asistentes intentan cortar un grupo de árboles previamente plantados y armados con todo tipo de objetos. Una vez que son tumbados, todos se abalanzan para intentar recoger la mayor cantidad de obsequios en un ambiente lleno de carcajadas y brindis.

 

Celebrada desde tiempos coloniales, es una de las mayores representaciones de la cultura andina. Crédito: PromPerú.

 

Festividad del Corpus Christi

 

Si bien ha ido adaptando el arraigo indígena a través del tiempo, el Corpus Christi es considerado una de las fiestas religiosas más importantes de la Iglesia católica por la masiva asistencia de fieles que registra cada año. Se celebra durante junio, nueve semanas después del Jueves Santo y, debido a su trascendencia, fue declarada Patrimonio Cultural del Perú en 2004.

 

Su mayor atractivo y que concita a gran cantidad de asistentes, entre religiosos y turistas, es la multitudinaria procesión de 15 figuras de santos y vírgenes pertenecientes a los más importantes templos de la ciudad. Sin duda, un conmovedor recorrido que impresiona por el clima de religiosidad y devoción que se respira en todo momento. 

 

 

Peregrinación del Señor de Qoyllur Rit’i

 

Se trata también de una de las más importantes fechas religiosas que se llevan a cabo en el Cusco. Se celebra todos los años, entre mayo y junio, en el distrito de Ocongate, sobre las faldas de la montaña del Sinakara; una peregrinación que por sus dificultades la convierten en una experiencia llena de espiritualidad y fervor, solo apta para turistas aventureros.

 

Cerca de 10 mil personas experimentan la caminata de cinco horas que se inicia desde la ciudad del Cusco y que finaliza en la provincia de Quispicanchis con temperaturas mínimas de hasta -5° C. Durante el trayecto, los peregrinos realizan actividades como procesiones, cánticos y plegarias como parte del ritual.

 

Se trata también de una de las más importantes fechas religiosas que se llevan a cabo en el Cusco. Crédito: César Vallejos / PromPerú.

 

Festividad del Puente Q’eswachaka

 

Conocido como el último puente inca, esta celebración representa una de las manifestaciones artísticas más simbólicas de esta cultura. Con una historia de más de cinco siglos, este puente colgante perdura hasta hoy gracias a la labor que cada año realizan cuatro comunidades quechuas de la zona: un trabajo comunitario que se transmite de generación en generación y que se ha convertido en una importante tradición.

 

Cada junio, el puente es desarmado dejando caer sus viejas estructuras sobre el río Apurímac. Luego, se da inicio a la construcción de uno nuevo con materiales de paja que son empleados para la elaboración de las bases y barandas. Finalmente, la obra culmina con la colocación de una alfombra hecha de ramas sobre la plataforma.

 

La inauguración es celebrada por todos los miembros de las comunidades y turistas quienes atraviesan uno por uno la nueva estructura. Una linda ceremonia que incluye música, comida y mucha diversión.

 

 

Fuentes: Andina / Cuscofestividades.info / Intupacusco.com / BBC / Cuscoperu.com / Boletomachupicchu.com

 

 

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