En Perú se han dado diversas manifestaciones culturales, las cuales han perdurado con el pasar de los años. Por ejemplo, tenemos la considerada maravilla del mundo de Machupicchu, construida durante el Imperio Incaico.


También se han dejado expresiones como las Líneas de Nasca o cerámicas de los Moche. Por su parte, hay una obra que brilla con luz propia debido a su tamaño y diseño en particular: hablamos de la Estela de Raimondi, perteneciente a la Cultura Chavín.


Esta representación lítica (tallada en piedra) sorprende a propios y ajenos debido a ciertas características. ¿Qué es lo que representa? Descubre a continuación los detalles más importantes de esta obra.


Su descubrimiento


Ubicada en un primer momento en el sitio arqueológico Chavín de Huántar (provincia de Huari, Áncash), lleva su nombre debido a que fue descubierta en 1860 por el geógrafo italiano Antonio Raimondi quien, según cuenta la historia, fue secundado por el campesino Timoteo Espinoza. En el pueblo de dicha zona indican que el investigador fue invitado a cenar a la vivienda del agricultor.


Allí, la estela era utilizada como mesa para diversas tareas, pero el científico -al pasar sus dedos por debajo de la misma- se percató que esta tenía unos acabados perfectos. Por ello, apoyado por la familia de Espinoza es que levantan el mueble, revelando que se trataría de una silueta hecha en base a piedra.

 

De esta manera, ambos quedaron maravillados por lo que tuvieron al frente, una joya representativa de la Cultura Chavín que merecía ser admirada no solo por el Perú, sino por todo el mundo por su herencia milenaria.

 

Turistas en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú. Crédito: PromPerú.

 

Una obra bajo la representación de un dios


Esta cultura inmortalizó a diversos dioses, aunque resalta el que es denominado como la ‘Deidad de los báculos’, cuya figura fue modelada en un bloque de granito con una dimensión de 1,98 metros de alto, 78 cm de ancho y 17 cm de ancho, lo que hoy se conoce como la Estela de Raimondi.


Representa una divinidad antropomorfa (dios que toma la forma de un ser humano) de un felino con la vista hacia arriba, con afilados dientes, garras y con dos cetros en sus manos. Asimismo, se aprecian adornos sobre su cabeza, al igual que serpientes en su cinturón.


El monumento simboliza el estilo de los artistas entre los siglos VIII y V a. C., quienes fueron parte de las distintas manifestaciones de los Chavín. Para el reconocido arqueólogo Luis Guillermo Lumbreras, esta obra significa los cimientos de la fundación del Perú profundo, ese que construyó “por nosotros mismos” a lo largo de la historia.

 

Estela de Raimondi,. Crédito: Ministerio de Cultura.


Su traslado a Lima para su conservación


Raimondi, al quedar deslumbrado con la estela, consideró que la misma -por su magnificencia- debía ser parte del Museo Nacional. Es por ello que -13 años después de su descubrimiento-, la pieza es trasladada a Lima.


En la capital peruana se dieron diversos trabajos para su completa limpieza, protección y subsistencia a lo largo de los años. Actualmente este monumento, uno de los más emblemáticas del país como obra de arte originaria, reposa en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú en el distrito de Pueblo Libre.


Dada la importancia de esta obra de los Chavín, el Banco Central de Reserva puso en circulación una moneda alusiva a la Estela de Raimondi como parte de la Serie Numística Riqueza y Orgullo del Perú. La misma reproduce el arte de su cultura y guarda fieles detalles en su representación

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Fuentes: Andina / El Comercio / Casa Raimondi

 

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