El pollo a la brasa es uno de los platos más emblemáticos de la cocina peruana. En el 2004, el Ministerio de Cultura de Perú lo declaró como Patrimonio Cultural del país y en el 2010, el mismo órgano, nombró el tercer domingo de julio como el Día del Pollo a la Brasa.
Su delicioso sabor y su textura jugosa lo convierten en una opción favorita tanto en restaurantes como en hogares. Esta especialidad culinaria tiene su origen en Perú, y ha trascendido fronteras para convertirse en un auténtico tesoro gastronómico.
Origen del pollo a la brasa
Su historia es relativamente reciente, pues su preparación empezó a mediados del siglo XX con la llegada a Perú del inmigrante suizo Roger Schuler, quien decidió establecerse en Chaclacayo (a una hora de la ciudad de Lima) y dedicarse a la crianza de pollos.
Sin embargo, al ver que el negocio no obtenía los resultados esperados, decidió cocinar las aves y para ello probó diversas técnicas. Hasta que descubrió la modalidad al carbón, la misma que perfeccionó con el tiempo, usando solo sal para marinar el pollo.
Su sazón tuvo gran acogida por los vecinos de la zona y fue así que Schuler decidió abrir la que sería la primera pollería del Perú.
Pollo a la brasa en la actualidad
A medida que el pollo a la brasa ganaba popularidad, su receta se fue perfeccionando aún más. Se incorporaron ingredientes y condimentos típicos peruanos para potenciar su sabor. El huacatay, una hierba aromática muy utilizada en la cocina peruana, y el ají panca, un tipo de ají con un sabor peculiar, se convirtieron en elementos clave a la hora de marinar el pollo. Estos ingredientes le otorgan un toque distintivo y característico que lo diferencia de otras preparaciones de pollo a la brasa alrededor del mundo.
Las papas fritas crujientes y la ensalada fresca son los acompañamientos ideales para este plato. Además, se suele ofrecer una variedad de salsas como la mayonesa, el ají, la mostaza y el ketchup, para agregar aún más sabor y personalizar la experiencia de cada comensal.
Hoy en día, existen más de 13 mil pollerías en todo el Perú distribuidas en casi todas las regiones del país. Desde pequeños locales de barrio hasta cadenas reconocidas a nivel nacional, estas representan el 40 % del mercado de comida rápida del país.
El pollo a la brasa se presta para adaptaciones y variaciones, lo que lo convierte en una opción culinaria versátil. Se pueden realizar ajustes en los condimentos, según los gustos personales, y también se pueden agregar ingredientes adicionales para explorar diferentes sabores.
En resumen, el pollo a la brasa es una delicia culinaria que ha conquistado los paladares de personas en todo el mundo. Su origen en Perú, su sabor incomparable y su textura jugosa lo convierten en una opción irresistible para los amantes de la buena comida. Ya sea en un restaurante especializado o preparado en casa, el pollo a la brasa es una experiencia gastronómica que vale la pena disfrutar.